La teoría de sus pestañas y otras cuestiones.

Vale, adiós.
Despide este invierno,
que es el último que busco tus ojos 
en el frío de la noche.
Y es que joder, eran tan gélidos,
que resultaban quemaduras de tercer grado
grabadas en el pecho.

Yo me grabo tus palabras
y trato de escribir otras 
que no suenen tanto a desesperación.
Y jode desmontar tantas teorías con tus pestañas,
porque todo acaba donde empiezan tus miedos,
porque todo empieza donde termina tu aura,
porque todo el mundo es una mierda,
pero tú no. 

Apago la llama de mis ojos
y me quemo con el fuego de los tuyos,
y te lanzo mis despojos a la cara
para ver si puedo cegarte,
y quizás así me mires de otra manera.
Deja de intentar cruzar mis ideas,
no seas kamikaze,
escapa de ese campo dinamitado
antes de que saltes en pedazos,
en pedazos tan pequeños
que ni los cuervos se los coman.

¿Recuerdas aquel camino de tonos amarillos?
Allí donde nuestras manos se abrazaron,
donde nuestros ojos se encontraron,
donde nuestros labios...
Censuremos algo.

Sé cauteloso dentro de este desastre;
no actives una bomba
que sabes que después
no podrás neutralizar.

Comentarios

  1. Espero no estar acelerando el contador que haga estallar esa bomba al decir que no conocía (no del todo) esta cara de la moneda que lanzas cad vez que nos vemos, y asi poder decidir si escondes tu lado úmbreo y me miras con cansancio, o si pospones nuestro encuentro hasta que seas capz de respirar de nuevo. yyy... ya XD se me ha ido un poco, pero es que me has inspirado sobre manera. Al final no voy a lamentarme sobre el haber echado un ojo sobre tu blog, M. Besitos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seas quien seas, eres genial. Besitos de una M. diferente a la que me quita el sueño. <3

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

A ras de suelo.

El pozo de brea.