Tan complejo como infinito.

Ondea en el cielo con sus tonos púrpura,
buscando una respuesta válida a la soledad que lo ampara.

Si intentas resumirlo
te das contra un muro;
es tan complejo como infinito.

Le veo implacable,
navegando en un mar de gente
que no entiende su mente
intrínseca, bonita, única, imparable...

Me asusto y encaro mi miedo.
Cuanto menos segura estoy de esto
más fuerte te agarro de la mano;
y entre temores e inseguridades miro al cielo y lo veo.



Las galaxias confusas se aniquilan,
implosionan y nos arrastran con ellas.

Nos desvanecemos entre polvo de estrella
que nos abrasa la retina y nos ciega.
No importa,
aún podemos buscarnos a oscuras.

Uniré las constelaciones entre tus lunares
sin necesidad de verte.



Ahora en la cima no encuentro las palabras
que expliquen cómo extingues todos esos fantasmas
solo con mirarlos.

Y los demonios huyen despavoridos
perdiendo todo lo que tú ganas de mí;
pero entre lágrimas y risas
me quedo con toda esta incertidumbre que creas.


Así trato de mantenerme fuerte,
resistiendo las oleadas de emociones que evocas,
mostrándote mi mirada más desapegada
mientras en silencio busco eones a tus espaldas.

Me encanta poder ver(te) tantas constelaciones
sin necesidad de mirar al cielo.




Ya lo escribí antes, pero me repito:

Mira que constelación más bonita.

Ahora une todos sus lunares.

¿Lo ves?

Ojalá algún día lo veas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

A ras de suelo.

El pozo de brea.

La teoría de sus pestañas y otras cuestiones.