A ras de suelo.

¿Qué voy a decirte que ya no sepas?

Si cuando suspiraste, todo el invierno
se concentró entre tus labios.
Que hasta los pájaros que se pararon a mirarte,
murieron congelados.

Que sé que es Noviembre,
un mes frío,
pero no puede acabarse todo aquí.
Que sé que tus fantasmas
juguetean entre tus sábanas
sin dejarte dormir.
Que los recuerdos se te enredan en las pupilas,
que un día brillaron como el jaspe,
y te atormentan.

Pero cariño,
No puedes abandonarlo todo al azar.

Que nada ha sido nunca fácil para ti,
que lo entiendo.
Pero no puedes permitir que una tristeza
tan grande como la de tus ojos,
aflija a todas las estrellas;
incluido el sol.

Tú, que brillaste como el fuego
segundos antes de que lo apagaran.

Has volado demasiado alto,
como para estar a ras de suelo.

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