Ascuas.

Cada día un poco más
te quemas un poquito,
te rompo,
te deshago en cenizas
sin estar entre mis labios.

Te agarro con cuidado por la cintura
y parece que nos vamos al infierno.
Tú me dejas tonto con tu aroma
y yo me enciendo sin mecheros.

Y te fumo un poquito
y en el humo van tus lagrimas,
tu corazón hecho trizas;
¿de mí? De mí solo quedan ascuas.

Me destrozas los pulmones
y te dejas en la nada,
un parasitismo mutuo;
una tragedia sin escalas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

A ras de suelo.

El pozo de brea.

La teoría de sus pestañas y otras cuestiones.