No quiero resolverte.
Puedo asegurar que aquella tarde el cielo no era el único que llovÃa. LlovÃan sus ojos cerúleos [un espectáculo apoteósico]; en una mezcla de culpa y miedo que se escurrÃan hasta su alma. Siempre temà romperle o dañarle cuando le veÃa hecho añicos y le abrazaba fuerte para unir todos sus jirones; [fragmentos de galaxia]. Mira que constelación más bonita. Ahora une todos sus lunares. ¿Lo ves? No está defectuoso sino encriptado. No quiero resolverlo, solucionarlo es atarlo; y siempre le han gustado las cadenas que no aprisionan. Quiero hablarle de átomos, de libros, del universo efÃmero que anida entre sus pestañas. Y cuando decida marcharse, lejos de este desastre, le regalaré mi peor poema, uno inacabado. Si se da media vuelta y me mira titubeante lo sabré; ya ni (solo) la poesÃa podrá recomponernos . Hoy me he encontrado un fragmento de galaxia debajo de mi almohada, se te debió caer el último dÃa que viniste a despertar